ANTE TODO MOTIVACIÓN.
No sirve de nada comenzar ningún plan si vas a desistir a la primera de cambio. Recuerda que es tu salud la que está en juego y las fluctuaciones de peso al final te pasarán factura.
CAMBIA EL CHIP.
Reflexiona sobre tus hábitos, y cámbialos si consideras que hay algo que falla, come sano y sobre todo muévete. Camina, corre, baila, ve al gym... te verás y te sentirás mucho mejor.
NO EXISTEN LOS MILAGROS.
Piensa en todo eso que nos ofrecen, si realmente funcionara, ¿habría tantas personas con sobrepeso?
El secreto está en la constancia y evitar los excesos, pero a veces no somos capaces de llevarlo a cabo y necesitamos que alguien nos guíe. Acude a un buen profesional de la nutrición y el ejercicio para que te ayude a conseguir y mantener tus objetivos con la báscula.
VIVIR A DIETA NO ES VIDA.
Pierde peso aprendiendo a comer. Tu salud es lo primero.
UNA DIETA VARIADA ES LA CLAVE.
Salvo que haya algún motivo de salud por el cual no puedas tomar algún alimento, huye de las dietas en las que no comes de casi nada, a la larga tu cuerpo se resentirá.
CADA PERSONA ES DIFERENTE.
No compartas dietas, cada uno tenemos unos parámetros y unas necesidades diferentes, por lo tanto los resultados no serán los esperados.
DISFRUTA DE LA COMIDA.
Cuando vayas a comer, olvídate de todo durante ese momento después tendrás tiempo de hacerlo. Saborea la comida no tengas prisa, así llegará antes la sensación de saciedad y no comerás en exceso, lo que te ayudará a tener una buena digestión y evitar en gran medida los temidos gases.
CUANDO CONSIGAS TU OBJETIVO, CONCÉDETE UN CAPRICHO.
En ese momento te verás y te sentirás fantásticamente, disfrútalo. El proceso habrá merecido la pena.
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